Con sus chistes, Polo Polo desafió lo prohibido
El don para la comedia lo tenía desde niño, dicen sus colegas, quienes reconocen del comediante su explosividad para abordar en sus rutinas temas como la sexualidad por encima de la censura
Pepito, maridos borrachos, esposas engañadas, caballos… ni el propio Leopoldo Roberto García Peláez Benítez escapó de los chistes de Polo Polo, en los que el albur era protagonista.
Si algo reconocen los que conocieron de cerca a Polo Polo, quien falleció ayer a los 78 años, es que tenía un don especial para la comedia.
El humorista, que nació en 1944 en una familia dedicada a la industria zapatera, supo desde joven que su ingenio y su carisma le abrirían las puertas de grandes escenarios.
Nunca abandonó su oficio como zapatero, era empresario en una fábrica en Peralvillo y ahí aprendió de albures, así comenzó a alternar con la comedia.
“Ya éramos compañeros en los clubes nocturnos pero Polo tenía otros negocios de zapatería, aunque al final de todo su don lo llevó muy lejos, le acertó bien a la mercadotecnia de la época. Me acuerdo de sus casetes en Tepito, ahí fue su despegue pero él se convirtió en el ícono del humor fuerte”, recuerda su amigo Jorge Falcón.
Su fama comenzó cuando se convirtió en el primer comediante mexicano en grabar en vivo uno de sus espectáculos en un disco que editó la discográfica Musart en 1984, El viaje a España, y que a pesar de la censura en la radio vendió más de 100 mil copias, con el que estableció el récord del show con mayor duración.
Su pasión era contar chistes coloridos en los clubes nocturnos, en los que al principio no recibía remuneración pero poco después se convirtió en uno de los showman más grandes del país, con temporadas en el Hotel Crown Plaza de la Ciudad de México, donde debutó en 1986.
“Era censurado por la situación de la televisión y él estaba consciente de eso, por eso inició en centros nocturnos y luego en la tv tuvo un programa donde no lo dejaron ser. Afortunadamente para Polo Polo el escape fue el disco que llevó lo prohibido a lo auditivo y ahí fue el boom donde se conoció el verdadero talento que tenía para decir, como nadie más, lo prohibido”, señala Memo Ríos.
Pionero del stand up
Los detalles de sus anécdotas cómicas que, él mismo aceptó, se trataban de sus propias experiencias, lo hicieron precursor de lo que hoy es el stand up.
“El mayor legado que dejó es que no era un cuenta chistes normal, hacía toda una historia, aunque el remate no fuera bueno, explosivo, pero entre chiste y chiste metía cosas que te hacían llevar a una historia y tú imaginar qué es lo que estaba pasando con el viejito, el borracho, con todo el mundo. Es el precursor, él empezó en los 80, ahora los standuperos hacen una historia basada en lo que hacía Polo Polo, contaba un chiste, pero te llevaba de la mano para que te rieras cada cuatro segundos”, opina el comediante Miguel Vallejo.
Por su carisma y talento hizo en comerciales de tv, ahí surgió su apodo cuando quedara grabado un error donde él se nombraba en repetidas ocasiones: “Polo, Polo, Polo…” También participó en el cine de ficheras, como Sólo para adúlteros y Dando y dando, pajarito volando.
“Éramos grandes amigos. Dejó una gran escuela porque era el único comediante que hacía comedia de esa manera”, afirma Rosa Gloria Chagoyán.
Polo Polo se ausentó de los escenarios debido a que padecía demencia vascular.
Su muerte fue confirmada por su hijo Paul García.
Con información de Armando Pereda.